
La maternidad está llena de momentos mágicos, pero también viene acompañada de desafíos reales que muchas veces no se mencionan con suficiente claridad. Uno de ellos, sin duda, es la demanda nocturna durante la lactancia. Si estás en esa etapa en la que tu bebé se despierta cada pocas horas (o incluso cada hora) para mamar durante la noche, no estás sola. Esta situación es común, natural y, aunque puede ser agotadora, tiene una razón biológica y emocional importante de la que hablaremos en este artículo.
¿Qué es la demanda nocturna?
Tal y como vimos en este artículo, sabemos que la lactancia es a demanda, es decir, que seguimos las señales de hambre de nuestro bebé. Durante el día, esto lo hacemos casi de forma automática: si llora, si busca, si se inquieta… respondemos con disponibilidad y amor. Pero ¿qué pasa cuando cae la noche? Entramos en un terreno distinto: el del agotamiento acumulado, el del deseo legítimo de descanso, y en muchas ocasiones, el del trabajo o las tareas del hogar que nos esperan al día siguiente. Y es ahí donde se genera un cortocircuito emocional y físico: queremos descansar, pero nuestro bebé sigue teniendo las mismas necesidades que durante el día. Si tiene hambre, si necesita consuelo o si simplemente quiere encontrar a mamá… va a pedirlo. Dejarles llorar o negarles el pecho porque «ya comieron», muchas veces no solo no resuelve nada, sino que aumenta la angustia y la demanda nocturna.
A diferencia de los adultos, como vimos en este artículo los bebés tienen ciclos de sueño mucho más cortos y pasan más tiempo en fases ligeras del sueño. Esto, junto con su necesidad de alimentación frecuente, hace que se despierten varias veces para mamar, de ahí la demanda nocturna. Este patrón de alimentación nocturna es especialmente común en recién nacidos y durante los llamados brotes de crecimiento (o crisis de lactancia que vimos en artículos anteriores), cuando el bebé necesita más leche y estimula el pecho más a menudo para aumentar la producción.
¿Es necesario que duerma toda la noche?
La respuesta corta es: no. La mayoría de los bebés no lo hacen, y forzarlo a través de métodos como el «llanto controlado» puede tener consecuencias emocionales a largo plazo. Dormir toda la noche es un hito del desarrollo, no una meta que deba imponerse. Cada bebé es distinto. Algunos duermen tramos más largos desde los primeros meses, mientras que otros continúan despertándose varias veces por la noche más allá del año. De hecho, la demanda nocturna un mecanismo de protección biológica contra el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). La expectativa cultural de que un bebé debe «dormir toda la noche» no se ajusta a la realidad biológica de la mayoría de los bebés. Esta idea suele generar frustración y culpa en muchas madres, cuando en realidad están haciendo todo bien.
¿Por qué ocurre la demanda nocturna?
La demanda nocturna es absolutamente normal y forma parte del desarrollo saludable del bebé. Aunque puede ser extenuante, especialmente cuando se repite noche tras noche, no es un problema que deba corregirse, sino una necesidad que hay que entender. Si tu bebé gana peso adecuadamente, mancha pañales con regularidad, está activo, responde a estímulos y tenéis un vínculo fuerte, son señales de que todo está yendo bien y sigue su curso natural de desarrollo. Existen múltiples razones por las cuales un bebé tiene esta demanda nocturna:
1. Alimentación
La leche materna se digiere muy rápido, por lo que los bebés necesitan alimentarse con más frecuencia, especialmente en los primeros meses. Además, la producción de prolactina, una de las hormonas clave en la producción de leche, aumenta durante la noche, por lo que estas tomas nocturnas ayudan a mantener una buena producción.
2. Conexión y seguridad
El pecho no es solo alimento: es consuelo, es vínculo, es protección. Durante la noche, cuando todo está oscuro y silencioso, muchos bebés buscan ese lazo de seguridad con su madre que les ayuda a dormir mejor y regular su sistema nervioso.
3. Regulación emocional y física
Mamar ayuda a los bebés a calmarse, regular su temperatura corporal, los latidos del corazón y su respiración. No es raro que pidan pecho durante despertares nocturnos simplemente para regularse. O, en caso de leche de fórmula, el chupete sería el que hace esa regulación con el gesto de succión.
4. Brotes de crecimiento o crisis de lactancia
Durante ciertos momentos del desarrollo, los bebés atraviesan periodos en los que maman más seguido para ajustar la producción de leche. Esto incluye también las noches.
¿Cómo sobrellevar la demanda nocturna?
Ahora ya entendemos por qué ocurre, pero eso no hace que deje de ser agotador. Lo es más aún cuando estamos en proceso de reincorporación laboral, o cuando tenemos más hijxs a cargo, o simplemente cuando nuestro cuerpo dice “basta”. Y aquí no se trata de ser una madre perfecta, ni de aguantarlo todo sin quejas. Se trata de buscar estrategias que nos ayuden a sostener esta etapa sin rompernos. Aquí algunos consejos para sobrellevar mejor la demanda nocturna:
1. Practica el colecho seguro
Dormir cerca del bebé facilita mucho las tomas nocturnas ya que evita que tengamos que levantarnos múltiples veces, disminuye el nivel de desvelo tanto para la madre como para el bebé y permite tomas más fluidas y casi automáticas (muchas veces sin que lleguen a despertarse del todo). Estar cerca de mamá les da la tranquilidad que necesitan para volver a dormirse, y a ti, la posibilidad de descansar un poco más.
2. Rebaja expectativas
No compares a tu bebé con otros ni con teorías rígidas de crianza. Aceptar que esta etapa es temporal y normal puede ayudarte emocionalmente.
3. Cuida tu descanso de día
Si puedes, duerme siestas o descansa cuando el bebé duerme. Sabemos que no siempre es posible, pero incluso cerrar los ojos 15-20 minutos puede marcar la diferencia. El descanso fragmentado, aunque no sea ideal, es mejor que nada.
4. Apoyo emocional y logístico
Pide ayuda. Que alguien te apoye con tareas del hogar, comidas o cuidado de otros hijos puede darte un respiro necesario para cuidar de ti y tu bebé. No es momento de tener la casa perfecta, ni de rendir como antes. Ya estás haciendo un trabajo inmenso.
5. Escucha tus límites
Y sobre todo, no te culpes si estás cansada. Sentirte agotada no significa que no ames a tu bebé. Significa que eres humana. La lactancia debe ser sostenible para ambas partes. Si en algún momento sientes que necesitas ayuda con la frecuencia de la demanda nocturna, dependiendo de la edad de tu bebé puedes buscar estrategias de destete nocturno o que otra persona ofrezca lactancia artificial o en diferido. En este punto, debes tener en cuenta que, si se reduce la succión nocturna, la producción de leche diurna también puede disminuir. Por lo que es recomendable tomar cualquiera de estas decisiones con acompañamiento profesional ya sea de tu matrona o de una asesora de lactancia.
La demanda nocturna no es un capricho ni un error en nuestro bebé. Es parte de su desarrollo natural y saludable. Aunque para nosotras la noche represente descanso, para ellos es solo una continuación del día: siguen necesitando pecho, contacto, consuelo y conexión. Sí, es muy cansado. Pero también es temporal (aunque cuando estás en medio de la noche número cien sin dormir bien, puede no parecerlo). A medida que tu bebé crece, madurará su sueño, aprenderá otras formas de calmarse y espaciará las tomas. Mientras tanto, tener expectativas realistas, pedir ayuda y entender el por qué detrás de esos despertares puede ayudarte a llevarlo con más serenidad (y menos culpa). No estás sola. Estás haciendo un trabajo enorme y valioso, incluso (o especialmente) cuando nadie lo ve en mitad de la noche.
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