
El sueño del bebé de 8 a 12 meses atraviesa una etapa llena de cambios. Han dejado atrás los primeros meses de vida, en los que predominaban las siestas frecuentes y el sueño fragmentado, y a esta edad muchos bebés ya han desarrollado todas las fases de sueño, pero todavía están aprendiendo a enlazarlas de forma estable y además ahora se enfrentan a nuevos desafíos relacionados con su desarrollo físico, cognitivo y emocional. Esto significa que los despertares nocturnos siguen siendo habituales. Si tu bebé se despierta con frecuencia, rechaza alguna siesta o duerme más inquieto, no estás sola: es completamente normal en esta etapa y hablaremos de ello en este artículo.
Desarrollo y sueño del bebé de 8 a 12 meses
Entre los 8 y 12 meses, los bebés experimentan grandes avances en su autonomía que impactan directamente en su descanso, provocándoles un sueño agitado con movimientos, murmullos o despertares durante la noche.
- Alimentación: comienzan a participar más activamente, explorar texturas y, en algunos casos, practicar baby-led weaning.
- Motricidad: muchos gatean, reptan, se ponen de pie con apoyo o incluso dan sus primeros pasos.
- Comunicación: señalan objetos, balbucean con más intención y reaccionan a palabras conocidas.
A esta edad, puede que logres dejar a tu bebé dormido en la cama y tengas unos minutos para ti… ¡parece que se terminó el síndrome de la cuna con pinchos que vimos en este artículo! Aunque a veces duren lo que dura un ciclo de sueño, unos 45 minutos. Ese tiempo, que imaginamos para relajarnos, a menudo acaba en hacer tareas domésticas o terminar cosas pendientes. Y justo cuando te sientas… ¡se despierta! Un momento que muchas familias conocen bien.
Pesadillas y terrores nocturnos en bebés
Aunque todavía son poco frecuentes, en el sueño del bebé de 8 a 12 meses pueden aparecer las primeras pesadillas o terrores nocturnos. Estos episodios pueden estar relacionados con la maduración del sistema nervioso y con la asimilación de tantas experiencias nuevas. La diferencia básica entre ellas es que en las pesadillas el bebé suele despertarse y buscar consuelo, mientras que en los terrores nocturnos puede llorar, gritar o agitarse sin estar completamente despierto. En ambos casos, la presencia calmada y reconfortante de mamá o papá es la mejor herramienta.
Reducción de siestas: una nueva rutina de sueño
En este período, la mayoría de los bebés pasan de tres siestas diarias a dos. Esto significa más horas seguidas despiertos y activos durante el día, lo que influye en el momento de ir a dormir. Algunas señales de que están listos para reducir siestas son:
- Rechaza de forma constante una siesta.
- Les cuesta más conciliar el sueño en los horarios habituales.
- Tienen energía suficiente para aguantar periodos más largos despiertos sin irritarse.
La transición puede ser gradual. Durante unas semanas, puede que alternen días con tres siestas y otros con dos, hasta que su ritmo se estabilice.
Consejos prácticos para favorecer el sueño del bebé de 8 a 12 meses
- Rutina constante: repetir las mismas acciones antes de dormir (baño, masaje, cuento, canción, … lo que le guste a tu peque) les ayuda a anticipar que llega la hora de descansar.
- Ambiente relajado: luz tenue, temperatura agradable y evitar juegos muy estimulantes.
- Detectar señales de sueño: frotarse los ojos, bostezar o mirar hacia otro lado son pistas de que necesitan dormir que debemos aprovechar.
- Adaptar las siestas: respetar sus ritmos, pero también guiarles hacia horarios que permitan el descanso nocturno.
- Paciencia con las regresiones: es normal que, tras unos días de dormir bien, vuelvan a despertarse más. Su desarrollo es un proceso no lineal.
Aunque el sueño empieza a madurar, no debemos olvidar que siguen siendo bebés que necesitan contacto, seguridad y acompañamiento. Para ellos, nuestra presencia es un ancla emocional: saber que estamos cerca les ayuda a autorregularse y volver a dormir con más facilidad. Responder a sus despertares con calma es clave para acompañar su sueño.
Cada bebé es único. No todos dormirán igual ni seguirán exactamente los mismos patrones. Lo que hemos mencionado son tendencias generales, pero tu bebé puede tener un ritmo diferente. La clave es observar, escuchar y acompañar según sus necesidades. La etapa del sueño del bebé de 8 a 12 meses es intensa, con noches a veces largas y despertares frecuentes, pero también llena de descubrimientos y momentos de conexión. Entre pasos inseguros y primeras palabras, el sueño sigue siendo una pieza central del puzzle del desarrollo. Y aunque a veces cueste, recuerda: esta etapa pasa. Y cuando menos lo esperes, ese pequeño que ahora te reclaman cada noche dormirá del tirón… y quizá seas tú quien se despierte para comprobar que todo está bien.
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