
Pasado el primer trimestre de vida, los bebés comienzan a dar señales de que su ritmo circadiano empieza a ajustarse. Ya empiezan a distinguir la noche del día, lo que es un hito fundamental en el desarrollo del sueño del bebé. Aunque siguen despertándose varias veces, muchas veces no llegan a despertarse del todo, y con algo de ayuda (una mano sobre su barriguita, un susurro suave o un pequeño balanceo), pueden volver a dormirse fácilmente. En este momento se da un punto importante en su desarrollo físico y neurológico, lo que afecta directamente al sueño del bebé. En este artículo veremos cómo evoluciona el sueño del bebé en esta etapa.
Cambios en el sueño del bebé a partir de los 4 meses
En estos meses, el sueño del bebé empieza a desarrollar ciclos más parecidos a los nuestros, que tal y como vimos en este artículo se dividen en cuatro fases de sueño no REM y una fase REM. Este nuevo tipo de sueño más complejo, implica más transiciones entre fases y, por tanto, más despertares breves. Aunque sus ciclos aún duran unos 45 minutos, algunos bebés ya pueden alargarlos hasta unos 90 minutos (2 ciclos), especialmente durante las primeras horas de la noche. Pero no siempre es fácil volver a dormirse tras un microdespertar, y necesitan nuestra ayuda para hacerlo. Muchos bebés que antes dormían períodos largos por la noche pueden empezar a despertarse cada 2 horas, y es totalmente normal.
Otra gran transformación que ocurre en esta etapa tiene que ver con el desarrollo motor. Los bebés empiezan a levantar la cabecita, girarse, hacer gestos que anticipan el gateo, y todo esto afecta directamente en el sueño del bebé. Estos avances físicos hacen que, en muchas ocasiones, el sueño del bebé comience por fases no REM más ligeras, como si su cuerpo necesitara primero “recuperarse” del esfuerzo físico del día antes de entrar en un sueño más profundo o en fase REM. Por eso, los primeros minutos de cada ciclo suelen ser especialmente sensibles, y es cuando más fácilmente se despiertan con cualquier estímulo.
¿Cuánto duerme un bebé de 4 a 7 meses?
En general, un bebé de esta edad suele dormir de la siguiente forma:
- Sueño nocturno: entre 9 y 12 horas, con despertares para alimentarse o por necesitar ayuda para enlazar ciclos de sueño.
- Siestas diurnas: entre 3 y 5 horas, repartidas en 2 a 3 siestas al día.
Es fundamental recordar que nuestros bebés no se rigen por tablas y horarios exactos, por lo que estos tiempos pueden variar y tu bebé puede no encajar exactamente en ellos. Lo importante es observar si el bebé parece descansado y contento durante el día. Cada bebé tiene su propio ritmo, sus propias necesidades y su propia forma de dormir. Algunos atraviesan esta etapa sin demasiados cambios, mientras que otros lo notan más.
Este aparente retroceso puede resultar desconcertante. Justo cuando pensábamos que “ya dormía mejor”, comienzan nuevamente los despertares múltiples, las tomas nocturnas frecuentes y la necesidad constante de consuelo. Pensemos en cómo nos sentimos nosotros cuando vivimos algo importante. A veces nos cuesta dormir esas noches, ¿verdad? Pues para los bebés, cada día es una cadena de descubrimientos y desafíos, y su cerebro trabaja constantemente, incluso durmiendo.
Cómo acompañar este proceso
En medio de todos estos cambios, una cosa sigue siendo constante: nuestra presencia. Los bebés siguen necesitando contacto físico, consuelo y cercanía. En esta etapa, el colecho y el uso de portabebés siguen siendo grandes aliados. El contacto constante les proporciona seguridad, calma su sistema nervioso y les ayuda a regular su sueño. Para los bebés, dormir cerca de mamá o papá no es solo una comodidad, sino una necesidad biológica. Dormir en brazos, en el pecho o en compañía no los malacostumbra, sino que satisface una necesidad legítima de contacto. Entender todo lo que está viviendo en esta etapa nos permite cambiar la mirada sobre el sueño del bebé. En lugar de ver los despertares como un problema que hay que solucionar, podemos verlos como parte de un proceso madurativo.
Por otro lado, hay algunas cosas que podemos hacer para ayudar a que todo este proceso se dé de una forma más tranquila:
- Mantén una rutina predecible: baño, cuento, canción, masaje, luz tenue… lo que ayude a anticipar que viene la hora de dormir y que os guste a ti y a tu bebé, incluso los fines de semana.
- Evita la sobreestimulación: si se despierta, intenta ayudarle a volver a dormirse con calma y sin demasiados estímulos ni iluminación.
- Haz del ambiente un aliado: un espacio oscuro, tranquilo y con temperatura agradable (entre 20 y 22 °C) favorece el descanso.
- Cuida tu bienestar: esta etapa también es demandante para ti. Busca espacios para descansar, pide ayuda y cuida tu salud mental.
- Reconoce sus señales de sueño: bostezos, frotarse los ojos, mirar al vacío, irritabilidad, … Responder a tiempo evita que lleguen sobrecansados y sea más fácil dormirles.
El sueño del bebé entre los 4 y los 7 meses es un periodo lleno de transformaciones. Aunque pueda parecer que damos pasos hacia atrás, en realidad es una etapa de gran avance y maduración. El cuerpo, el cerebro y las emociones del bebé están creciendo a un ritmo vertiginoso, y eso naturalmente se refleja en su descanso. Acompañarles con amor, respeto y presencia es el mejor regalo que podemos darles en este camino. Cada bebé es único y no existe una fórmula mágica, pero con tiempo, apoyo y empatía, el sueño del bebé irá encontrando su equilibrio.
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